La estructura social patriarcal y el conocimiento que promociona para justificar la técnica y la tecnología en la sociedad capitalista, ha determinado un estudio de la Naturaleza y una interacción con ella incorrecta y peligrosa, ya que desregula los procesos de equilibrio dinámico que los sistemas vivos requieren para autorregularse y desarrollar sus funciones en forma óptima en orden de aportar al crecimiento diverso. El sobrecalentamiento del planeta y de todos sus sistemas vivos tiene su correlato en la forma de movimiento unidireccional que utilizamos para mover las Aguas, el suelo, el aire y la tecnología. Una nueva técnica que restaure el balance eléctrico en los procesos naturales de los sistemas vivos es urgente para detener la explotación, el negocio indiscriminado y la falta de comprensión de la Naturaleza.
Por Gonzalo C. Oyaneder
“Si la humanidad no vuelve pronto a sus cabales y se da cuenta de que sus líderes intelectuales la han engañado y desinformado, las leyes vigentes de la Naturaleza (con justicia poética) actuarán de manera confiable para lograr un final apropiado para esta cultura artificialmente ideada. Desafortunadamente, las catástrofes más terribles o las revelaciones escandalosas tendrán que suceder antes de que las personas se den cuenta de que son sus propios errores los que le han llevado a su ruina. Estos sólo pueden rectificarse con gran dificultad precisamente porque fueron cometidos principalmente por las autoridades. En lugar de juzgarse a sí mismos, estas instituciones e individuos, que siempre protegen sus propios intereses, permitirían que millones de sus semejantes perezcan antes de admitir sus errores. Sin embargo, al descubrir las causas, sólo se ha dado un pequeño paso, porque una gran cantidad de los llamados expertos están dispuestos contra cualquier intento sistemático de corregir estos errores”.
“A lo largo de los siglos, la humanidad ha heredado una concepción incompleta y falsa de la naturaleza del agua. Hoy, en nuestras bibliotecas y archivos, ya tenemos una gran cantidad de literatura sobre la gestión de los recursos hídricos, lo que da testimonio silencioso de un avance cultural que lamentablemente solo es ilusorio. Hasta que los principios más elementales sobre todos los procesos evolutivos de la vegetación se hayan entendido completamente, es imposible hablar de una verdadera acumulación de cultura. El desarrollo de cualquier cultura está directamente relacionado con la comprensión de su entorno, tanto del agua como de la vegetación.”
Viktor Schauberger, revista de hidrología “Die Wasserwirtschaft”, publicado en 1931.
En la Naturaleza, el frío se eleva y se expande como resultado del movimiento natural de las condiciones eléctricas del planeta. Integra y afirma el crecimiento a través de la densificación[6] de las estructuras, conduciendo a procesos metabólicos fríos, formativos y de fertilidad. Esta forma de expansión y elevación del frío se puede conseguir artificialmente si se desarrolla un movimiento espiral en un doble vórtice orientado centrípetamente, con los elementos, la forma y la dirección de temperatura adecuada capaz de abrir un proceso donde la propagación de la Energía se concentra para formar, crear o producir algo. Actualmente nos sirve para regenerar naturalmente a los sistemas vivos.
Por el contrario, la elevación y expansión del calor, tiene una función desintegradora, donde la mitad del ciclo de vida invierte su forma de movimiento para completar su ciclo dando paso a una generación de actividad metabólica caliente y de descomposición. La Naturaleza hace uso de esta forma de movimiento de la temperatura para ejecutar una adecuada descomposición orgánica de la materia viva, con el objetivo de evitar el deterioro que causa la putrefacción. La forma de movimiento que la sucede es un doble vórtice espiral que se orienta centrífugamente, enfrentando a su espacio circundante a través de presiones. La técnica y la tecnología actual utilizan solo este principio para mover los elementos básicos, provocando tremendos desequilibrios.
El conocimiento formal actualmente aún enseña la tesis unidireccional de que todo movimiento va en dirección al calor y así justifica una técnica y una tecnología que impide el libre desarrollo de las funciones básicas más elementales. La Naturaleza forma un diálogo de dos condiciones para construir la unidad básica, o sea, la unidad es un diálogo de dos. Es el balance y no la competencia o el caos, lo que permite la proliferación de los ciclos que recorre la Naturaleza, y este balance depende de la dialéctica entre el movimiento de la materia y su medio circundante.
El movimiento tecnológico académico
El consenso académico, que nace de las competencias de la ciencia oficial en la época moderna, decidió eliminar de plano la comprensión que considera las dos formas de movimiento cíclico que constituye la dinámica básica de las fuerzas que propaga el magnetismo, y lo reemplazó por un movimiento generalizado en una sola dirección. Este solo hecho inaugura el desarrollo lento y progresivo de una catástrofe de proporciones sistémicas, iniciado por la industria y asesores científicos de los gobiernos, cuya experiencia es mucho más académica que práctica.
El movimiento tecnológico académico o movimiento tecno-académico (en palabras de Viktor Schauberger) desproporciona el balance eléctrico entre los elementos interactuantes, dado que sobreexcita una sola forma de movimiento, desregulando la capacidad de autoorganización de los cuerpos materiales al inhibir la acción proporcional y complementaria de las dos fuerzas inscritas en la proliferación de la Naturaleza. Por tanto, el movimiento y las aleaciones para producir este movimiento, procedentes del desarrollo de la “tecnología académica”, es diametralmente opuesto al que utiliza la Naturaleza en sus procesos naturales para consolidarse y fertilizarse a sí misma. En lugar de Energías suplementarias que promuevan la consolidación y una mejora en el rendimiento y el potencial, la técnica académica produce fuerzas reactivas y repulsivas que habitan el Agua, la tierra y el aire por billones.
Estas fuerzas reactivas y repulsivas provienen del desarrollo exacerbado del calor en los sistemas técnicos. El calor representa la segunda mitad del ciclo completo de la propagación del magnetismo y la parte final de la acción cinética de presión antes de su reconversión en acción potencial de tensión. Cuando el calor rompe el equilibrio dinámico entre las dos condiciones eléctricas, una de éstas termina por sobreponerse a la otra y el resultado es que el sistema aumenta la presión, la fricción y la resistencia interna, provocando una recombinación molecular retrógrada que deriva en la incapacidad de impulsar procesos de autorregulación óptimos: he ahí y solo ahí la causa del caos.
Hasta el día de hoy los motores diseñados y fabricados con los principios de la termodinámica tienen que enfrentar una resistencia que crece al cuadrado de la velocidad de propagación. La misma escases de materias primas que impulsa la industria para la producción de tecnología, es resultado del gasto casi nueve veces mayor en combustible y materiales requeridos para superar la resistencia al movimiento que la unidireccionalidad de esta técnica produce. No por nada la ciencia aplicada durante más de cien años se ha concentrado en controlar la curva de calor que oxida y mata a todos los aparatos eléctricos.
El movimiento tecno-académico utiliza los mismos principios de sobrecalentamiento y sobre-iluminación para tratar, regular, mover y distribuir las Aguas, también para desarrollar la silvicultura y la agricultura dominante, así como para tratar a las personas afectadas por esta técnica irracional.
El entendimiento arbitrario e incompleto de la Naturaleza abre las puertas al capitalismo y al negocio ecocida
Hoy, prácticamente en todas las instituciones académicas del mundo, se educa en sistemas antinaturales de gestión de Aguas, de suelo y de transmisión de energía. Las mallas académicas siguen haciendo proliferar técnicas en base a tratamientos incompletos para “hacerse cargo” de los problemas que la misma gestión incorrecta ha incitado en la Naturaleza. La aceptación incondicional de estos sistemas deteriora día a día la capacidad de autorregulación de los sistemas vivos, dejando a la Naturaleza a merced de una defensa permanente para obtener medios de vida.
La ciencia aplicada en base a tratamientos profundiza los problemas, pues mientras controlan parcialmente la proliferación de algunos de éstos, suscitan la aparición de otros. Este ciclo ininterrumpido impide que los cuerpos materiales en movimiento logren un balance eléctrico en el desarrollo de sus funciones vitales, desproporcionando el esfuerzo vital de las estructuras para incrementar la energía interna del sistema. Esta desproporción, finalmente, se expresa en forma concreta a través del incremento de la temperatura general de las Aguas, del suelo, del aire y de los cuerpos, fenómeno que produce el incremento de la resistencia, de la presión y de la oxidación en estos medios de vida. Los cuerpos multimoleculares y multicelulares dependen de un estado de equilibrio dinámico para el desarrollo de sus funciones características: el hecho de que se rompa este equilibrio hace nacer el fenómeno de la enfermedad.
El fenómeno de la enfermedad es uno sólo, pero tiene infinitas expresiones. Una persona, por ejemplo, es un sistema vivo cohabitado por una cantidad inmensa y desconocida de viruses, bacterias y parásitos que desarrollan funciones específicas de acuerdo a principios básicos comunes ligados a los efectos del movimiento y la temperatura, los cuales se expresan a través de causas eléctricas. Es sabido que el balance eléctrico de la célula (el cual determina su salud) en las personas oscila entre los -25 milivolt y los -50 milivolts[7], y como ya hemos visto, la célula que, por lo demás, se alimenta de Agua estructurada[8], está condicionada por su movimiento interno y por el movimiento de su espacio extracelular o espacio circundante. Cuando cualquiera de estas dos condiciones se desequilibra, secuencial y simultáneamente, comienza el desequilibrio de la otra: esta, y nada más, es la causa del desarrollo de la enfermedad. Ahora bien, de dónde proviene y cómo es que llega a tal o cual tejido manifestando tal o cual condición, es otro tema y, para los efectos de este ejemplo, irrelevante, porque lo que pretendemos aquí es comprender la causa del fenómeno en la estructura material o cuerpo.
Comprender la causa de este fenómeno durante el siglo XIX implicó que científicos lograran desarrollar instrumentos para devolver el balance eléctrico a las células junto a su capacidad de autorregulación, a través de resonancia electrostática de alta frecuencia[9], es decir, se encontraba el tejido dañado y se le aplicaba impulsos electrostáticos que se descargaban a la misma frecuencia del tejido en condiciones óptimas. Por ende, el tejido reaccionaba a este estímulo que co-resonaba con la estructura, permitiéndole rehabilitar por completo su actividad celular, sus funciones y su reproducción sana. Cabe decir que estos procedimientos no dejaban ningún tipo de efecto secundario, porque se trabajaba con el fenómeno mismo que motiva al movimiento y su proliferación en las células.
No obstante, las relaciones sociales de producción y reproducción que nacen de las ideas al respecto de la Naturaleza que impone el patriarcado históricamente, le dan al capitalismo la posibilidad de amalgamarlas y utilizar la creatividad humana para promover técnicas y tecnologías inspiradas en los efectos y no en las causas. La desidentificación de la humanidad con la Naturaleza, es decir, con nuestra propia naturaleza, hizo proliferar un movimiento generalizado de desconexión que, en última instancia, ha decantado en una destrucción generalizada de aquellos tejidos interconectados dentro de este macroorganismo Tierra.
La unión de estos dos elementos poderosísimos, es decir, la concepción de Naturaleza y nuestra comprensión e interacción con ésta, junto a la proliferación de una actividad económica y cultural centrada en el negocio, nos ha conducido a la catástrofe sistémica que vivimos como humanidad.
Por ejemplo, tomemos la forma predominante de interacción con el suelo, que no es solo un conjunto de materia orgánica e inorgánica, gases, minerales y líquidos, ya que todo eso representa el resultado o el efecto de las interacciones de toda una serie de estructuras que se articulan a través de los efectos del movimiento y la temperatura en una red interconectada. Toda la biología del suelo se configura escalándose o superponiéndose, de lo micro a lo macro, una tras otra en su complejidad, tamaño, función, forma de exhalación y deposición, para conformar todo un sistema vivo inteligente pensante, que en conjunto respira y metaboliza, se comunica y defiende, produciendo todos los elementos y sustancias necesarias para su autorregulación, donde su estructuración depende de un equilibrio relativo sujeto a la cooperación y la asociación para lograr que el sistema completo desarrolle su propio balance eléctrico. Sin embargo, el suelo aún se nos describe sólo como un medio con determinadas características, y con esta concepción ha proliferado una silvicultura y una agricultura asentadas en monocultivos sobre la base de fertilizantes químicos y pesticidas que acidifican tremendamente las condiciones internas del suelo, lo que hace que el Agua se hunda y esconda bajo el suelo aumentando el calor en todo el sistema. Sin sucesión natural entre especies que se estratifican en complejidad y funciones diversas; sin una gestión de Aguas correcta y sin una interacción directa adecuada que acompañe el desarrollo de la autorregulación del suelo, éste queda condicionado a ser tratado con los procedimientos tecno-académicos que son incapaces de hacerlo proliferar naturalmente. Y el negocio en toda esta configuración es brutal actuando indiscriminadamente, arrasando con el suelo vivo y con las personas que defienden esa vitalidad.
Hoy, en verano, la gran cantidad de incendios y su reproducción en Chile, es resultado de estos dos factores, es decir, de la técnica incorrecta generalizada en la gestión de suelo y Agua, y el negocio privado que de las cenizas incrementa su capital.
El movimiento de la Temperatura
El aumento de la calidad y la cantidad, así como el aumento de la salud, pasa por comprender la dialéctica entre lo que está afuera y lo que está adentro, es decir, depende de la comprensión de las condiciones de movimiento y temperatura tanto internas como externas a los cuerpos materiales, porque en la Naturaleza el medio nos conecta y ata a cada estructura, organismo y sistema. Tenemos la Naturaleza entera adentro, pues lo que está adentro refleja las condiciones atmosféricas generales y, secuencialmente, las condiciones atmosféricas reflejan el movimiento de la Naturaleza.
Las dos fuerzas eléctricas que motivan la formación y el desarrollo de los sistemas vivos de lo micro a lo macro en este planeta están mediadas por el primer organismo: el Agua. El Agua en todas sus formas (sangre, savia, leche, etc.) alimenta a toda la Naturaleza y a través de sus energías naturales aporta los elementos necesarios para el desarrollo de la densificación de las estructuras, con el objeto de consolidar un balance eléctrico en el espacio extracelular y, simultáneamente, alimentar correctamente a todos los tejidos, sean éstos “orgánicos e inorgánicos”. Las variables fundantes que estructuran el desarrollo fisiológico del Agua, en su curso por la Naturaleza, están dadas por: la forma de movimiento que ésta desenvuelve en su circulación tanto dentro del suelo y en la atmósfera; y por la temperatura que se manifiesta e irradia en cada una de sus interacciones. Con la información que transmite el Agua se alimenta el sistema suelo y, por tanto, también todas las especies que dependen de éste, incluida la humana. Por consecuencia, cuando se desbalancean y desproporcionan estas condiciones como resultado de una técnica incorrecta y unidireccional que genera mucho calor, se transforman las condiciones para todos los sistemas vivos. En síntesis, las funciones vitales para la autorregulación de cada estructura, organismo y sistema en la Naturaleza dependen de la forma de movimiento de la temperatura.
La forma de movimiento de la temperatura, mediada por sus dos condiciones, interactúa de acuerdo al tipo de formación del cuerpo material en movimiento y su espacio atmosférico, y, específicamente, con su estado respecto a su propia temperatura interna. Es muy importante considerar que las variaciones más mínimas en el movimiento de la temperatura pueden alterar e incluso transformar tanto el flujo interno de movimiento de un cuerpo, como el flujo externo o atmosférico.
Lo que está afuera es reflejo de lo que está adentro. La organización tanto del cuerpo material como de su espacio atmosférico en la Naturaleza, se estratifica, es decir, que los tejidos de estos medios se organizan en capas, tales como las capas membranosas, las capas del subsuelo, las capas de la piel, las capas atmosféricas, etc. Estas capas características se pueden verificar con instrumentos que midan su actividad eléctrica y las variaciones de la temperatura en cada estrato y entre estratos. En suma, estas capas son responsables de amortiguar las transformaciones por efecto del movimiento de la temperatura y de brindar condiciones para las funciones básicas características.
Cada cuerpo material en movimiento tiene una temperatura óptima interna que varía complementariamente de acuerdo a la temperatura que sucede externamente. Nos referimos a “temperatura óptima” con la reunión suficiente de condiciones para procesos naturales de autorregulación internos y externos, como es el caso. Por ejemplo, la temperatura óptima para los procesos de autorregulación del Agua se ubica a los +4°Celsius, a esta temperatura la actividad eléctrica de sus energías naturales adquiere propiedades características. En el caso del Oxígeno, éste inactiva su forma de radiación y se vuelve como una bóveda capaz de contener todo el material nutritivo que pueda soportar durante su movimiento, mientras que el Hidrógeno se activa desarrollando capacidad de polarización y despolarización afectando de una u otra forma a la materia en la que se induce (con la que se mezcla), fenómeno que logra activar el metabolismo del Agua a tal punto que ésta puede transformarse en la medicina natural más infalible para la Naturaleza.
En la medida que el movimiento de la temperatura del Agua más se aleja de los +4°C, la actividad de sus energías naturales va sufriendo cambios sucesivos capaces de alterar su autorregulación natural y, por tanto, su aportación nutritiva a la Naturaleza. En la misma medida, si acaso el movimiento de la temperatura se acerca a los +4°C, la autorregulación se consolida y el aporte es óptimo. En un río natural cubierto parcialmente por vegetación, por ejemplo, la forma de movimiento de la temperatura que se acerca a los +4°C se desarrolla a través de un doble vórtice centrípeto, movimiento a contrarreloj, el cual se propaga por el eje central longitudinal del río. En este eje, el frío se eleva y se expande creando un efecto refrigerante que estimula a los demás estratos de Agua a regular los efectos de la temperatura atmosférica. Si este eje central mantiene estas condiciones, el Agua desarrolla un ciclo metabólico interno capaz de energizar, transportar y depositar nutrientes de forma coherente y sin perder energía en el proceso, y lo logra manteniendo un equilibrio dinámico entre la forma laminar de movimiento y la forma turbulenta de movimiento en el Agua.
Finalmente, el movimiento de la temperatura en la Naturaleza está asociado a las fuerzas eléctricas cíclicas (electrostática y magnetocinética); específicamente, a la forma de movimiento de éstas (centrífuga o centrípeta); al medio en el que se propagan; y a la materia en la que son inducidas al movimiento. Son estos los elementos decidores en el resultado final del proceso de intercambio entre formas de movimiento, pues en equilibrio dinámico, pueden sostener procesos donde la energía aumenta en el sistema, mientras que en desequilibrio se pierde energía en el sistema y proliferan las condiciones para la enfermedad.
Invertir el sobrecalentamiento a través de una nueva técnica
Los procesos que forman, desarrollan y reproducen a las estructuras en la Naturaleza son extremadamente sutiles. Éstos cautelosamente se basan y sostienen sobre un delicado equilibrio relativo, fácil de ser alterado en la íntima mezcla de Energías y materiales sobre los que se constituyen. No obstante, en nuestra incapacidad para percibirlos y comprenderlos, literalmente los hemos pisoteado al punto de distorsionar su propio desenvolvimiento.
Las alteraciones a los sistemas vivos han escalado de tal forma, que la Naturaleza misma ha reconvertido sus interacciones, entrando en un circuito competitivo para poder sobrevivir. Al dejar de centrar nuestra atención en su movimiento natural, estamos perdiendo la posibilidad de asegurar un futuro sano y a largo plazo para las personas que habitan la Tierra.
Todas las interacciones en la Naturaleza se median entre presiones y autorregulan a través de la formación de tensión interna para establecer estados de balance entre estas dos condiciones. El sobrecalentamiento que se propaga a través del movimiento de la temperatura en los motores y hélices que mueven el aire y los gases que expulsan; el sobrecalentamiento que produce la generación, la producción y la transmisión de energía eléctrica en todas sus modalidades; el sobrecalentamiento que resulta de la forma en que movemos e interactuamos con el suelo; el sobrecalentamiento que genera la gestión y tratamientos generalizados a las Aguas; y el sobrecalentamiento de los tejidos del cuerpo por la falta de movimiento y un equilibrio entre la respiración e ingesta de líquidos y alimentos, sólo reafirman la educación unidireccional que hemos heredado culturalmente y proyectado en nuestras interacciones y desarrollado en nuestra técnica y tecnología. Es urgente poner en perspectiva una nueva técnica que comience por comprender la causa del sobrecalentamiento e invierta las desproporciones que provoca el exceso de una sola forma de movimiento en los procesos de interacción con la Naturaleza.
Para llegar a controlar el movimiento de la temperatura es fundamental desarrollar una ciencia que experimente con las formas, con la geometría adecuada que despierte el desarrollo proporcional y complementario del movimiento centrípeto y el movimiento centrífugo expresados en acciones de carga y descarga, donde uno tira y el otro empuja mientras sus espirales de movimiento se autorregulan cíclicamente. Esta sola acción evitará el sobrecalentamiento como resultado del efecto refrigerante que controla las presiones cíclicas en el encuentro de sustancias características.
El creciente desarrollo de técnicas naturales en interacción con el suelo es un ejemplo claro del control del sobrecalentamiento, como la técnica ocupada por la agricultura sintrópica, que parte sobre la base de reafirmar la capacidad fisiológica del planeta para autorregularse y cómo esa capacidad es transferida entre sistemas vivos cuando se establecen relaciones de intercambio recíproco. Ésta ha identificado la sucesión natural como un sistema donde cada miembro coopera para hacerlo prosperar y, secuencial y simultáneamente, el sistema hace prosperar a cada miembro desarrollando la función del crecimiento diverso. Entonces, cada miembro depende del miembro anterior y trabaja para forjar una posibilidad para el próximo miembro. Su interacción con el suelo es directa y se basa a partir de este orden sucesional, donde la composición y densidad de individuos en la comunidad de plantas, marcado por saltos cuantitativos y cualitativos dentro del sistema, contribuyen para controlar el sobrecalentamiento, mantener la humedad y las condiciones para la retención del Agua. Estos fenómenos hacen proliferar un efecto refrigerante capaz de resistir condiciones atmosféricas agresivas.
Hace falta transformar en 180° los procedimientos actuales de interacción con la Naturaleza para equilibrar la balanza. Es clave comenzar por propiciar la forma de movimiento centrípeto con la geometría adecuada que logra aumentar su velocidad sin generar resistencia ni calor y, en la marcha, consolidar procesos de acumulación y aumento de energía. Esta tecnología de implosión (en términos de Schauberger), en contraposición a la tecnología actual de explosión, puede aplicarse a cada motor existente, a cada turbina, hélice, herramienta y sistema de gestión en general. La regeneración de las cuencas hidrográficas, la cosecha de Agua y su reproducción, parten por comprender el rol clave que juega esta forma de movimiento aplicada adecuadamente a las variaciones internas del movimiento de la temperatura en su relación dialéctica entre las fuerzas que presionan desde fuera y las fuerzas que tensionan desde dentro.
Revolucionar la técnica implica comprensión, y ello implica regeneración, salud, calidad y cantidad
La influencia de la temperatura en el medio responsable de todas las interacciones en este planeta, el Agua, se ha descartado como demasiado insignificante para muchos fines: desde la gestión de medicamentos hasta la gestión de las corrientes y, por lo tanto, para la mitigación de inundaciones; la flotación; las operaciones de rafting; el suministro de Agua; la construcción de presas en general; y también para todo el ámbito de la tecnología hidroeléctrica.
Si se ignoran estas variaciones en la temperatura del Agua, también se negará la importancia de las diferencias entre el Agua y el aire o la temperatura externa y, por lo tanto, la causa del ciclo del Agua. Y ninguna palabra puede expresar verdaderamente el papel vital del ciclo del Agua para toda la vida en la Tierra.
Estas variaciones en la temperatura, junto al movimiento natural, comprenden al ciclo metabólico interno del Agua. Este ciclo autorregula el estado de las Energías naturales en el Agua y es el responsable del curso de las transformaciones en su estructura molecular. El ciclo se forma en primer lugar en un estrato de Agua específico de su masa total y desde ahí se propaga al cuerpo de Agua. En cada estrato de Agua, igual como en una superficie de presión, se organiza una temperatura específica, con una dirección específica, con una tensión superficial específica, asociada a una velocidad y a un vector específico. Este redescubrimiento de autogeneración del Agua, a través de la estructuración de un ciclo metabólico interno, indica que es sustancial atender a las variaciones más mínimas en el movimiento de la temperatura, en cada estrato, dado que éstas desencadenan reacciones cualitativas con efectos concretos en la forma de movimiento y, por tanto, en la capacidad metabólica del estrato y, en última instancia, del cuerpo de Agua.
Los estratos de Agua en una masa de Agua, organizados en trenes de vórtices, en un caudal natural, pueden viajar grandes distancias sin mezclarse. Aquí cada superficie asociada a un movimiento en la temperatura, a una densidad y velocidad específica, dialoga con su espacio circundante a través de las pulsaciones que forman los espirales cíclicos de expansión y contracción. Mientras se reproduce este movimiento natural e intercambio complementario, ocurren sutiles procesos de carga y descarga, encargándose de alimentar a cada estrato de Agua, en un curso de expansión donde se concentra el calor para sintetizar sustancias, mientras que ocurre la fase de contracción donde se expande el fríopara formar un movimiento particular en la temperatura, capaz de animar al movimiento del estrato de Agua renovando sus energías naturales.
En las condiciones descritas anteriormente el Agua se conforma en un organismo en sí mismo con capacidad de respirar, metabolizar, obtener, guardar y transmitir información. Estas características posibilitan que las Aguas alimenten en la forma más óptima al suelo, a sus cuerpos y, por extensión, al aire y a la atmósfera, contribuyendo al éxito en los procesos de autorregulación y acumulación de energía, que son los procesos que preparan la expansión de la vida y sus diversidades.
No obstante, estos procesos han dejado de ocurrir como resultado de un conocimiento académico que prefiere analizar “los secretos de la Naturaleza” muy lejos del espacio natural donde ésta se constituye y desarrolla, para terminar por atribuirle tal o cual característica aislándola de la unidad relacional que la forma y así justificar un circuito abominable donde el negocio se desarrolla sin ningún criterio. La cultura presa de los efectos del calor generalizado proviene de esta manera de interacción que se materializa en una técnica incorrecta que además de sobreexplotar a la Naturaleza sin dejarle nada a cambio, la enferma progresivamente.
Es una tarea urgente revolucionar nuestra técnica actual y nuestra interacción entre sistemas vivos y esto implica ante todo comprender a la Naturaleza. Lo cual involucra comprender a la Energía y su propagación partiendo de cero a través del principio de unidad y la dialéctica que la constituye. Sin pedir nada prestado de los paradigmas de la ciencia oficial, no porque no queramos, sino porque estos no nos sirven para regenerar a la Naturaleza. El punto de partida de esta síntesis y de esta nueva técnica no se encuentra en la “sopa cósmica”, ni en la dualidad protón-electrón (teoría atómica), ni en el movimiento lineal del “espacio vacío”, ni en la “dilatación del espacio-tiempo”, etc. La partida es el funcionamiento comprensible y mesurable de la expresión del fenómeno que llena al cosmos: el Magnetismo y su expresión dentro del flujo interno del planeta, el Agua.
La nueva técnica representa una síntesis histórica asentada en el saber ancestral y en un hilo histórico de una comunidad científica-filosófica que revolucionó por completo la forma en que podemos ocupar los “elementos de la Naturaleza” para producir sin destruir, y para que esa producción aumente radicalmente la calidad.
La lucha de clases o lucha de contrarios, que emana de una comprensión doctrinaria e incompleta de las causas de las cosas, ha de ser superada por un nuevo comienzo, inaugurando una nueva técnica, que se pueda adecuar a todas las escalas de existencia para proveer Agua, alimento, salud, tecnología, y una reconexión psicofísica a la humanidad, alentándola a comprender el equilibrio relativo en el que se funde toda la Naturaleza, para volver sobre una perspectiva fundada en la cooperación, que puede llevarnos a lugares aún impensados.
[1] El proyecto científico llamado Nueva Cronología, liderado por Anatoly Fomenko en Rusia, ha demostrado la falsificación histórica después de 40 años de investigación, a través de métodos matemático estadísticos. Fomenko, Anatoly, “History fiction or science?”, 1972, Francia, Delamer.
[2] Desde antes de los tiempos de Luigi Galvani (1737- 1798), quien comprendió que la electricidad forma la fisiología de los cuerpos materiales, toda una tradición de pensamiento, descubrimientos e inventos se desarrolló y logró resultados que aún hoy con la tecnología actual no se ven. Revisar: Whittaker, E. T., “A history of the theories of aether and electricity”, Longmans, Green, and co., 1910. Lakhovsky, Georges, “The secret of life, cosmic rays and radiations of living beings”, 1939, Heinemann (medical books) ltd, Londres. Dollard, Eric P., “Theory of Wireless Power”, Eric dollard Wireless engineer, 1986. Reich, Wilhelm, “The bion experiments on the origin of life”, traducido por Derek e Inge Jordan, Mary Higgins and Chester M. Raphael, M.D., 1938. Roy, David; Albert Roy Davis, Walter C. Rawls, “The magnetic blue print of life”, Acres U.S.A., 1979.
[3] Lamour, J., “Aether and matter, a Development of the Dynamical Relations of the Aether to Material Systems on the Basis of the Atomic Constitution of Matter”, Cambridge University Press, 1900.
[4] La energía nuclear no representa ni una interacción ni una fuerza en sí misma, es resultado de dos fuerzas eléctricas que colapsan relativo al centro de la estructura o eje que las sujeta. Revisar: Walter y Lao Russell, “¿Atomic suicide? What radioactivity is, why and how it kills, what to do about it”, University of Science and Philosophy,1957.
[5] La célula es un organismo inteligente con todas las funciones básicas que compartimos toda la Naturaleza. Para profundizar en cuanto a las características y efectos del movimiento eléctrico de las células revisar los trabajos de los doctores Jerry Tenant ,“Healing is voltaje”; y Bruce Lipton “Biología de la creencia”.
[6] La densificación está relacionada a procesos de centralización y autoorganización de la materia, se alcanza manteniendo las proporciones de la interacción de los elementos, permitiendo el flujo constante de las dos fuerzas eléctricas que animan al movimiento y producen la temperatura.
[7] Revisar el trabajo del Dr. Jerry Tenant, “Healing is Voltage”, 2010.
[8] En 1992, el Dr. Peter Agre descubrió que las células se alimentaban con Agua molecularmente ordenada y en muy bajas cantidades de racimos moleculares, a través de unos canales que abre la membrana celular para autorregular los ciclos de oscilación internos de la célula. Por el descubrimiento de los aquaporin channels se le concedió el Premio Nobel de química, el año 2003.
[9] Revisar el trabajo de George Lavkhovsky, específicamente, “The secret of life, cosmic rays and vital radiations of living beings”, 1939.
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